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XIX Premios a la Conservación de la Biodiversidad

La Fundación BBVA premia a la protección de la tortuga boba en Tarragona, los rescatadores de la vida silvestre en Bolivia, la reconstrucción del Parque Nacional de Gorongosa en Mozambique, y el periodismo medioambiental de Silvia García, Jacob Petrus y José Luis Gallego

La protección de la tortuga boba y otras especies marinas por medio de la sensibilización y la implicación del sector pesquero de arrastre de la provincia de Tarragona; las labores de rescate, protección y cuidado de animales salvajes que sufren el tráfico ilegal en la selva amazónica de Bolivia; la reconstrucción del Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique,  con sobresalientes resultados en la conservación de grandes mamíferos como elefantes, leones, búfalos y antílopes; el periodismo medioambiental televisivo con impacto en amplias audiencias de Silvia García (redactora de Antena 3 Noticias) y Jacob Petrus (director del programa Aquí La Tierra de TVE) ex aequo; y la trayectoria en comunicación medioambiental, combinando veracidad científica y compromiso con los valores de la conservación, de José Luis Gallego (Responsable de Medio Ambiente en El Confidencial) han sido los galardonados con los XIX Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad.

1 octubre, 2024

Convocatoria

Premios a la Conservación de la Biodiversidad

XIX edición

Perfil

Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM)

Perfil

Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY)

Perfil

Proyecto de Restauración de Gorongosa

Perfil

Silvia García

Perfil

Jacob Petrus

Perfil

José Luis Gallego

El premio en la categoría de Actuaciones en Conservación de la Biodiversidad en España se ha otorgado a la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos, por haber conseguido involucrar a prácticamente toda la comunidad pesquera del delta del Ebro en la lucha contra la pesca involuntaria de especies como la tortuga boba, consiguiendo, en palabras del jurado, “un ejemplo modélico de conservación sustentado en la sensibilización y cooperación de los pescadores, actores clave para la conservación de las tortugas marinas en el Mediterráneo”.

La Comunidad Inti Wara Yassi ha sido premiada en la modalidad de Actuaciones en Conservación de la Biodiversidad en Latinoamérica por más de tres décadas de rescate, cuidado y conservación de animales salvajes tras su caída en redes de tráfico ilegal. En este periodo, tal y como recoge el acta, “ha logrado proteger el ecosistema y la vida silvestre boliviana de amenazas como los incendios forestales, la caza furtiva, la tala y la minería ilegal”, “en colaboración con la comunidad científica” y por medio de una “destacada faceta social a través de programas de educación ambiental dirigidos a la población local”.

El Premio Mundial Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad se ha concedido al Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique, por haber conseguido reconstruir el parque con “sobresalientes resultados en la conservación de especies de grandes mamíferos, como elefantes, leones, búfalos y antílopes”. El jurado ha valorado adicionalmente “las dificultades de emprender estos trabajos de conservación en un país que aún se recupera de los estragos sufridos durante 15 años de guerra civil y de una larga posguerra. Asimismo, considera que los éxitos obtenidos en Gorongosa representan una fuente de inspiración para otras naciones africanas”.

La modalidad de Difusión del Conocimiento y Sensibilización dedicada a formatos audiovisuales ha premiado a Silvia García (redactora de Antena 3 Noticias) y Jacob Petrus (director del programa Aquí La Tierra de TVE), ex aequo, por dar el mayor protagonismo a la información ambiental en la televisión, con calidad, solvencia científica y un enfoque positivo, llegando a grandes audiencias. El jurado destaca de García que “cuenta con una dilatada y exitosa trayectoria de varias décadas como periodista comprometida y especializada en medio ambiente en programas informativos de diferentes cadenas” y sobre Petrus que posee “una alta capacidad innovadora en el tratamiento televisivo de un amplio abanico de cuestiones medioambientales del presente”.

El responsable del área de Medio Ambiente de El Confidencial, José Luis Gallego, ha sido reconocido con el premio de Difusión del Conocimiento y Sensibilización en otros formatos. El también colaborador de Onda Cero ha sido elegido por el jurado por “su trayectoria de varias décadas en comunicación medioambiental, combinando la veracidad científica y el compromiso con los valores de conservación de la naturaleza, a través de múltiples canales y formatos, incluyendo radio, prensa escrita, televisión y publicaciones en formato de libro”.

Actuaciones en España: Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM)

Del rescate a la atención clínica para recuperar a tortugas atrapadas

La pesca accidental es una de las principales amenazas para las tortugas marinas, sobre todo para la especie de las tortugas bobas que habitan y transitan el Mediterráneo, y más del 70% de las que son capturadas por toda la flota española provienen de la plataforma continental situada entre el delta del Ebro y Castellón, siendo, sin duda, el delta del Ebro la zona con mayor interacción.

La Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM), creada en 1996, puso en marcha en 2017 el proyecto Pescadores a favor del mar: acciones para la recuperación y conservación de las tortugas marinas con el objetivo de minimizar el impacto que las capturas accidentales tienen sobre estos animales protegidos, recuperando y reintroduciendo a los ejemplares afectados.

El programa surgió por la confluencia de tres factores. El primero era la ubicación geográfica del delta del Ebro en la que se alimentan las tortugas y que coincide con un segundo factor, que es la legislación que permite la pesca de arrastre a menos profundidad que en otras zonas, lo que hace que haya más ejemplares atrapados. El tercer factor fue un artículo científico de 2014 que describía por primera vez el síndrome descompresivo en tortugas marinas, una patología que puede ser letal o dejar secuelas muy importantes. “Ese artículo nos hizo revisar el procedimiento que seguíamos hasta ese momento y que consistía en que, si la tortuga atrapada podía moverse, se soltaba inmediatamente de nuevo al mar. Lo que se comprobó es que más de la mitad de las tortugas presentaban el síndrome y no estaban en condiciones de volver a su hábitat”, explica la directora de la Fundación CRAM, Elsa Jiménez.

Los síntomas del síndrome en las tortugas van de la desorientación, descoordinación y la ataxia, al estado de coma. Si son devueltas al mar sus posibilidades de sobrevivir son escasas. En lugar de ello, la Fundación CRAM ha trabajado con las cofradías de pescadores y han dado a este colectivo un papel protagonista. “Hablamos de los pescadores como la primera línea de rescate, porque ellos son los que, al detectar una captura accidental, activan el protocolo y transportan a las tortugas a puerto donde nosotros las recogemos. La implicación ha crecido con pequeños gestos, como que sean ellos quienes nombran a los ejemplares, que les informemos del proceso de recuperación y que cuando llega el momento de la reintroducción invitemos a sus familias, a sus hijos, para que vivan esa experiencia”.

En la actualidad, el 79% de las embarcaciones de arrastre de La Ràpita y el 100% de Les Cases d’Alcanar –los dos puntos “calientes” de la plataforma deltaica– colaboran activamente en el proyecto. “Al principio hubo alguna reticencia, pero ahora la colaboración es la norma y se van sumando cada vez más pescadores, sobre todo porque en colaboración con la Administración autonómica les hemos dado seguridad jurídica: cada embarcación tiene una autorización para rescatar, transportar y desembarcar tortugas marinas”.

Un elemento fundamental del proyecto es la asistencia veterinaria en el Centro de Recuperación que la Fundación tiene en Prat de Llobregat. “Tenemos una clara vocación clínica y por eso la dotación de este premio nos servirá para reforzar las instalaciones e intentar ser más rápidos y eficaces en las intervenciones”. Cada tortuga recuperada y diagnosticada de síndrome descompresivo pasa de mes y medio a dos meses en el centro, donde la Fundación cuenta con una cámara hiperbárica fabricada por la propia fundación. “Mientras están en el centro son nuestros pacientes y en algunos casos las visitas están restringidas, pero cuando es posible nos parece importante que se pueda conocer de primera mano este trabajo para sensibilizar”.

A lo largo de los siete años que han transcurrido desde que CRAM puso en marcha el proyecto, se ha atendido a 355 ejemplares en la provincia de Tarragona, de los cuales 329 han podido ser rehabilitados, lo que supone una tasa de éxito de recuperación del 93%.

La Fundación ha contado con el apoyo del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, y del Cuerpo de Agentes Rurales de Cataluña. La Generalitat tiene un contrato por el que delega en la Fundación CRAM el rescate y la recuperación no solo de las tortugas, sino también de otras especies marinas amenazadas que llegan a la costa catalana, como cetáceos y aves marinas. El equipo de la Fundación, formado por 24 personas a las que cada año se suman unos 250 voluntarios, ofrece atención las 24 horas del día, los 365 días del año, lo que permite mantener un sistema de respuesta inmediata y permanente.

Actuaciones en Latinoamérica: Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY)

Los rescatadores de la fauna silvestre en la Amazonía boliviana

Cada año, millones de animales silvestres son víctimas del tráfico ilegal en América del Sur, especialmente en el Amazonas. De esta selva salen infinidad de ejemplares de grandes felinos, como el jaguar, serpientes, pájaros, caimanes y monos que terminan en mercados al aire libre, ferias, zoológicos, circos, restaurantes o residencias privadas, ya sea vivos, como mascotas, o sacrificados, como trofeos o para fabricar falsos medicamentos, comida o cosméticos.

Con el fin de combatir ese comercio ilegal de vida salvaje, y la destrucción del medio ambiente que acarrea, en 1992 nació en Bolivia la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY). Esta ONG privada trabaja para acabar con el mercado negro de animales a través de programas educativos, proyectos de investigación y acciones públicas. En los tres santuarios de vida silvestre que gestiona en la Amazonía boliviana, CIWY rehabilita y cuida a animales salvajes rescatados del tráfico ilegal, de incendios forestales y de otras situaciones peligrosas. En esos santuarios, además, la Comunidad protege 1.300 hectáreas de selva tropical virgen de la caza furtiva, la tala, la minería y los incendios forestales.

Por esas más de “tres décadas de trabajo” el jurado otorga a la Comunidad Inti Wara Yassi el Premio a la Conservación de la Biodiversidad en Latinoamérica: por hacerlo en “colaboración con la comunidad científica” y por haber logrado logrado “proteger el ecosistema y la vida silvestre boliviana de amenazas como los incendios forestales, la caza furtiva, la tala y la minería ilegal.”

La presidenta de CIWY, Tania Baltazar, Nena, tal y como ella pide que la llamen, no ha dejado la primera línea de combate contra las amenazas medioambientales desde que fundó la Comunidad en 1992: la noticia del premio le llega en uno de sus santuarios, Ambue Ari (Otro Día, en lengua nativa Guarayo), al norte del departamento de Santa Cruz, en medio de la lucha contra los incendios forestales. Las llamas han provocado grandes desastres en el santuario, afectando a cerca del 50% de su superficie: “La situación que estamos viendo –asegura Baltazar– es tristísima, muchísimos animales, miles, han muerto por el fuego e intoxicados. Por eso la noticia del premio ha sido una bendición. Nos da la energía para seguir luchando y los recursos para poder seguir adelante en la misión que tenemos para cuidar la vida silvestre. Compraremos más hectáreas de bosque para ampliar lo que tenemos y poder dar más tierra a los animales”.

CIWY creó el primer santuario de fauna silvestre de Bolivia en 1996 y fue una de las primeras organizaciones en luchar por los derechos de los animales y la protección del medio ambiente en el país. “Yo era estudiante de segundo curso de Biología cuando rescaté una mona araña a la que estaban maltratando –relata Baltazar–, la llevé a mi casa. En una hora destrozó todo y mi madre me echó. Después de meses sin saber qué hacer con ella, para que tuviera su propio espacio, empecé el refugio. Por amor a esa mona”. Ese fue el origen del primer santuario de CIWY. Hoy, la Comunidad administra tres santuarios, cuidando a más de 500 animales rescatados de 39 especies diferentes.

No es sólo la amenaza del fuego, continúa la fundadora y presidenta de CIWY, “en Bolivia tenemos leyes que protegen la vida silvestre, pero lamentablemente estas leyes no se cumplen y el tráfico de animales silvestres cada año ha aumentado”. El rescate de los animales lo realizan generalmente las autoridades (que suelen enfocarse en el decomiso, sin las sanciones correspondientes) o en ocasiones los propios integrantes de la Comunidad. “Cuando un animal nuevo ingresa, –explica Baltazar– es evaluado por el equipo de veterinarios y biólogos. Hay que ver bien la especie, cuál es su hábitat de origen. La mayoría llegan con problemas físicos o psicológicos, a veces irreversibles. Dependiendo del origen y el estado del animal, se los recupera, se los rehabilita y se los libera otra vez. Si no han sufrido impronta, no se han acostumbrado al ser humano. Pero no todos tienen esa suerte de poder volver a la naturaleza. La mayoría de los casos se quedan con nosotros, son llevados a nuestros santuarios donde se quedan, a veces de por vida”.

Actualmente, tal y como subraya Baltazar, el mercado negro de animales es el tercer negocio ilegal de toda América del Sur, por detrás del tráfico de drogas y de la trata de personas. Para luchar contra él son necesarios control, sanción y educación. En el tercero de estos elementos es donde ellos pueden actuar directamente, por medio de programas de educación ambiental: así fue como comenzó su actividad en 1992 y ahora mismo están implementando un nuevo programa, denominado ‘Guardianes de la Selva’, en el que consiguen que los niños se identifiquen con las labores de conservación. De ese modo, afirma Baltazar, inciden sobre la demanda, ya que esos niños es menos probable que se conviertan en receptores de la trata en el futuro, que no quieran tener animales silvestres por mascota, que no quieran tener sus trofeos (colmillos, pieles…) y que no colaboren en su caza ilegal.

Durante los últimos 30 años, la Comunidad ha liberado a miles de animales rehabilitados a la naturaleza y brindado santuario de por vida al resto. CIWY ha acumulado una experiencia amplia en el cuidado especializado de la vida silvestre rescatada, especialmente primates y felinos. A menudo, aseguran, otras organizaciones y entidades gubernamentales les piden asesoramiento sobre cómo brindar el cuidado adecuado a estos animales.

Actuaciones en el Mundo: Proyecto de Restauración de Gorongosa

La restauración de un paraíso arrasado por la guerra civil de Mozambique

El gran naturalista Edward O. Wilson definió el Parque Nacional de Gorongosa en Mozambique como “una ventana a la eternidad”, en homenaje a la extraordinaria riqueza de la biodiversidad que descubrió tras visitarlo en hasta tres ocasiones entre 2011 y 2014. Este paraíso de naturaleza salvaje, sin embargo, estuvo a punto de desaparecer. Debido a la prolongada guerra civil que asoló el país durante 15 años (1977-1992) tras independizarse de Portugal, Gorongosa sufrió un descenso catastrófico de su fauna. De hecho, en el primer censo aéreo realizado en 1994 tras el final del conflicto, se certificaron pérdidas de entre el 90-99% en sus poblaciones de grandes mamíferos, como elefantes, búfalos, hipopótamos y cebras. Hoy, gracias al trabajo del Proyecto de Restauración de Gorongosa reconocido por el Premio Mundial a la Conservación de la Biodiversidad, el parque mozambiqueño – un territorio de 1.300.000 hectáreas – ha recuperado buena parte de su integridad ecológica.

“Cuando empezamos el proyecto, había menos de 10.000 grandes animales en el parque, mientras que hoy superan los 100.000, así que hemos conseguido multiplicar por 10 esta cifra”, afirma Marc Stalmans, director científico del proyecto.

Este éxito se ha logrado gracias a la alianza establecida en 2008 entre una fundación privada, creada por el filántropo estadounidense Greg Carr con el objetivo de restaurar el parque de Gorongosa, y el Gobierno de Mozambique. El proyecto se ha basado fundamentalmente en la protección eficaz de la fauna a través de la vigilancia por una amplia red de guardabosques, así como un programa de reintroducción de algunas especies que prácticamente habían desaparecido por completo, como búfalos, leopardos, hienas, perros salvajes y ñus.

“En los casos más graves, hemos logrado excelentes resultados reintroduciendo algunas especies, pero otras han logrado recuperarse solas. Si proteges bien a la naturaleza, se puede recuperar de una manera espectacular”, señala Stalmans. En el caso de los leones, por ejemplo, cuando comenzó el proyecto había menos de 30 individuos, y hoy la población actual ha aumentado hasta 210.

En paralelo, el proyecto ha promovido la investigación científica sobre la extraordinaria biodiversidad de Gorongosa, impulsada desde el Laboratorio Edward O. Wilson, bautizado en honor al célebre catedrático de Entomología de Harvard galardonado en 2011 con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación. “Wilson promovió el estudio de la fauna y flora en el parque tras las visitas que realizó, y ha sido una gran fuente de inspiración de la ciencia que realizamos”, señala Stalmans. Este programa de investigación ha revelado la existencia de hasta 200 nuevas especies, la mayoría de ellos insectos, pero entre las que también se incluyen murciélagos, reptiles y plantas.

Al mismo tiempo, tal y como ha resaltado el jurado, el éxito del Proyecto de Restauración de Gorongosa se ha basado en involucrar activamente a la comunidad local de la zona, tanto a través de la implicación de jóvenes en la red de guardabosques –ofreciendo empleo a más de 1.000 personas–, como mediante un amplio programa de desarrollo para garantizar el acceso de la población a necesidades básicas como el agua potable, la rehabilitación de viviendas y la implantación de cultivos sostenibles como el café. De hecho, más del 50% del presupuesto del proyecto se destina a proyectos de salud, agricultura y educación que benefician a más de 200.000 personas. Muchas de estas acciones se centran en la educación de jóvenes mujeres, con el fin de promover sus estudios secundarios, lo que tiene un impacto directo sobre el retraso de la maternidad, el número de hijos y el control que tendrán sobre sus vidas. A esto se suma la creación de un programa formativo de Master en Biología de la Conservación para estudiantes mozambiqueños, que está generando nuevos puestos de trabajo de alto nivel técnico para ciudadanos de todo el país.

“Una dimensión fundamental de nuestro trabajo es mejorar la vida de la gente que vive en el entorno del parque”, explica Stalmans, “porque muchos de los problemas de sobreexplotación de los recursos naturales que amenazan a la biodiversidad se deben a la pobreza y a la falta de conocimiento. Hemos apostado por el desarrollo económico y la educación de la población local, y este es un aspecto imprescindible para entender el éxito que hemos logrado. Ojalá, tal y como ha expresado el jurado del premio, nuestro modelo pudiera servir de inspiración para otros países africanos”.

Difusión (Formatos Audiovisuales): Silvia García y Jacob Petrus

Dos formas de dar protagonismo al medio ambiente en la televisión

Silvia García: una pionera del periodismo ambiental en los informativos televisivos

La carrera de Silvia García (Murcia, 1966) ha discurrido en el medio televisivo, con una trayectoria de 35 años, primero en TVE, donde en 1994 formó parte del equipo fundador de La 2 Noticias junto a Lorenzo Milá y Fran Llorente, para asumir un reto inédito en la televisión de España: introducir los temas de medio ambiente en un informativo diario. De ahí pasó a ser fichada como especialista en medio ambiente en Antena 3 Noticias, en agosto de 1998, y desde entonces ha mantenido la presencia de esta información especializada, en su etapa más reciente en un informativo que el último fin de semana marcó una audiencia de 1,6 millones de espectadores.

“Desde mis inicios yo me di cuenta de que a los jóvenes nos interesaba el medio ambiente, pero no tenía espacio en los informativos de televisión. Pensaba que debía ser una sección más, igual que la de nacional, internacional, economía o deportes. El medio ambiente es una parte esencial de nuestra vida y, a pesar de ello, era el típico contenido que se caía de la escaleta con mucha facilidad, pero yo soy tenaz y en mi cadena he tenido mucho apoyo y ahora el espectador de los Informativos de fin de semana de Antena 3 sabe que siempre va a encontrar información medioambiental. Es una apuesta decidida”.

A lo largo de su trayectoria ha cubierto tanto cumbres mundiales del clima –Kyoto, Copenhague y Madrid–, porque siempre ha considerado que “el cambio climático es determinante para la biodiversidad”, como lo que califica de “desastres humanos y medioambientales”: el huracán Mitch en Nicaragua y Honduras, el terremoto de Haití, y el tsunami que afectó a la central nuclear de Fukushima.  En España informó sobre el desastre del Prestige y los incendios de 2006, ambos en Galicia, y el vertido de Aznalcóllar en Andalucía.

Pero García no es partidaria de limitar la información medioambiental a su lado más trágico: “Eso sería hacer amarillismo. Como periodistas debemos contar lo que ocurre, pero si dices que las ballenas se están muriendo, también has de contar qué hacer para evitarlo y quién y cómo logra evitarlo. No podemos ocultar los problemas, pero también debemos hablar de las soluciones y narrar qué podemos aportar de forma colectiva e individual a esas soluciones”.

En su carta de apoyo a la candidatura, el periodista Matías Prats destaca que “Silvia es la pasión por el periodismo, el esfuerzo constante y, sobre todo, un talento brillante para comunicar y llegar a los ciudadanos. Y este talento y talante, siempre al servicio de la conservación de la biodiversidad española y mundial. Después de décadas dando pasó en los platós a sus reportajes en los Informativos de Antena 3 Noticias, a sus directos in situ en todo tipo de lugares y paisajes, de situaciones catastróficas, y con todo tipo de gentes y pueblos, me siento orgulloso de haberlo hecho”.

La ganadora identifica la Cumbre de Kyoto, en 1997, como el momento de inflexión en la sensibilización hacia el medio ambiente. “Ha sido un camino largo, pero ese fue el momento en el que de forma más general se empezó a hablar de cambio climático, de biodiversidad, y esa lluvia fina de quienes llevábamos años informando, vimos que ya estaba calando con el cambio del siglo”.

Además de la información de alcance ha realizado reportajes sobre la biodiversidad e iniciativas para conservarla, como una serie sobre las Islas Galápagos o uno centrado en el Corredor Biológico Verde de América Central. En cuanto a iniciativas españolas ha llevado a los informativos desde la cría en cautividad del lince, a la recuperación del quebrantahuesos o el buitre negro. También ha sido un referente en la información sobre energías, con coberturas sobre la experiencia de Finlandia y Suecia en cementerios subterráneos de residuos nucleares, un parque solar en México o el ejemplo de un parque eólico marino en el Báltico.

“No intento influir en el sentido de que la gente tenga la misma forma de pensar que yo. Lo que quiero es darles información para que se hagan una opinión propia, pero además creo en lo que cuento y en que hay cuestiones que merecen ser contadas. Me gusta pensar que algo de lo que he hecho quedará para que el mundo sea un poquito mejor y este premio refuerza la ilusión que pongo cada día en mi trabajo”, afirma.

Jacob Petrus: un innovador de la comunicación ambiental en televisión

Geógrafo y climatólogo de formación y comunicador científico por vocación, Jacob Petrus (Manresa, Barcelona, 1976) acompaña a los telespectadores desde hace más de una década en el programa Aquí la Tierra, un magacín de divulgación medioambiental de RTVE desde el que informa, sensibiliza y conciencia acerca de las tres crisis ambientales más importantes en la actualidad: la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Su trayectoria profesional, que abarca más de 25 años informando acerca de los desafíos medioambientales del planeta, arrancó como Jefe de la Sección de Meteorología en Telemadrid, cargo que desempeñó hasta 2013. A partir de esta fecha, comenzó su periplo radiofónico como colaborador en RNE en los programas Las Mañanas de RNE, Gente Despierta, De Pe a Pa o Las tardes de RNE, donde continúa dando visibilidad a contenidos vinculados a la conservación, el medio ambiente, la meteorología y la climatología.

A partir de 2014, también ejerce como director, coordinador y presentador de Aquí la Tierra, faceta que compagina desde 2022 con su papel como colaborador para el suplemento Antropía de Vocento, en la sección Héroes por el Clima, donde publica entrevistas y perfiles a agentes e instituciones que luchan por la protección del medio ambiente. También ha colaborado con artículos de divulgación de meteorología y climatología en publicaciones como Muy Interesante, Geo o el diario Público.

“He tenido siempre el deseo de comunicar y de informar, y aunque soy geógrafo especializado en climatología, una parte de mí siempre ha sido también periodista”, comenta sobre su doble vocación. “Primero me dediqué a ser hombre del tiempo porque aunaba las dos ramas, la de la comunicación y la de la ciencia. Siempre me gustó incorporar la divulgación a mi trabajo y así lo he hecho a lo largo de toda mi trayectoria”, repasa Petrus.

Su enfoque ameno y asequible para todos los públicos, que conjuga temáticas cercanas y desenfadadas con los grandes fenómenos medioambientales, es su gran valor diferencial en la parrilla televisiva. “Aquí la Tierra emplea un tipo de lenguaje coloquial y familiar, con temas que tratamos todos los días”, apunta, “y que pueden comprender desde los mayores hasta los niños. Nuestra perspectiva es querer sensibilizar acerca de los problemas medioambientales en positivo, aunque desgraciadamente parezca que tengamos que reñir a la gente por lo mal que lo estamos haciendo. Consideramos que es necesario hablar con divertimento, con entretenimiento, con alegría, porque estamos en una sociedad cada vez más urbanita en la que sentimos un poco de desafección hacia la naturaleza. Debemos recuperar la relación afectiva con el medio ambiente”.

Precisamente, uno de los grandes objetivos que se plantea Aquí la Tierra es el de servir como puente entre el campo y la ciudad, ya que “es absolutamente fundamental tener un mundo rural activo para proteger nuestro medio ambiente. Es el modelo de país en el que creemos, así que el hecho de poner nuestro granito de arena para revitalizar el mundo rural es un factor esencial para nuestro equipo”.

A lo largo de su carrera como comunicador, Petrus ha sido testigo de cómo la demanda de contenidos científicos ha ganado un protagonismo paulatino en las redacciones periodísticas, auspiciado en gran medida por un contexto social en el que va ganando terreno la ecoansiedad: “Estamos trasladando la ciencia a la sociedad y yo creo que la sociedad responde. Cuando empezamos con el programa, teníamos la sensación de que nosotros teníamos que vender los temas a la sociedad. Ahora es al revés, es la sociedad la que nos exige que hablemos de los temas que están en su lista de preocupaciones. La sociedad quiere saber sobre qué días los niveles de contaminación en una gran ciudad son más elevados. Nos piden que hablemos de los microplásticos, del cambio climático, de los escenarios de futuro. A esto se suma que, como sociedad, diariamente nos vemos obligados a tomar decisiones de compra que muchas veces no son informadas. Uno de nuestros propósitos principales es compartir cuáles son las mejores decisiones que podemos tomar para reducir nuestra huella ecológica y que la efectividad de estas decisiones sea real.”

Además, insiste en la obligación de la televisión pública de ofrecer una tele de todos y para todos, alentado por su faceta más personal: “Soy padre y me cuesta mucho encontrar contenidos que pueda ver con mis hijos, así que cada vez que viene una familia y me dice que ven Aquí la Tierra todos juntos, me emociona. Incluso nos dicen muchos profesores de escuela que utilizan el programa para que los niños puedan aprender. Es maravilloso pensar que la siguiente generación, al menos a nivel medioambiental, está más sensibilizada para que, de cara al futuro, podamos hacer mejor las cosas para que este planeta sea un lugar mejor donde vivir.”

Difusión (resto de formatos): José Luis Gallego

“Observar, disfrutar y contar la naturaleza para conservarla”

José Luis Gallego (Barcelona, 1964) es en la actualidad el responsable del área de Medio Ambiente de El Confidencial y colaborador del programa Julia en la Onda, en Onda Cero. El jurado le premia por una carrera de más de tres décadas en comunicación medioambiental “combinando la veracidad y el compromiso con los valores de la conservación de la naturaleza, a través de múltiples canales y formatos, incluyendo radio, prensa escrita, televisión y publicaciones en formato de libro”.

En efecto, la carrera de este comunicador ambiental es un mosaico de medios y formatos que incluye reportajes en revistas como Integral, National Geographic o GEO y en diarios como El Periódico de Catalunya y La Vanguardia, donde fundó junto con Antonio Cerrillo y Joaquim Elcacho el suplemento de medio ambiente Natural. En La Vanguardia comenzó también su faceta de columnista de opinión, que más tarde desarrollaría en El País, El Periódico o eldiario.es. A finales de los años 90 comenzó una colaboración con Julia Otero, ininterrumpida hasta hoy, que simultanea con la dirección del área de Medio Ambiente de El Confidencial. Entretanto, ha publicado más de 30 libros y se ha prodigado en televisión en papeles que incluyen desde colaborador fijo, durante 11 temporadas, de Els matins de TV3, hasta el de director, guionista y presentador de tres series de divulgación de la naturaleza: Naturalmente (TVE), Terra Verda (TVE Cataluña) y Riu Avall (TV3).

El norte al que no ha dejado de mirar su brújula ha sido “la pasión, inculcada desde niño por la labor de Félix Rodríguez de la Fuente, de observar, disfrutar y contar la naturaleza, con el propósito de convencer a la sociedad de la necesidad de conservarla, de colaborar todos en este empeño, porque solo se conserva lo que se estima”.

Considera que las claves del buen periodismo medioambiental “son las mismas que garantizan el rigor en cualquier otro ámbito: conocer, comprender, contrastar y contar. Por desgracia, hay gente que cuenta sin conocer y gente que comprende pero no contrasta, y eso es un gravísimo error”. Y subraya que el principal reto que afrontan “tanto los que nos dedicamos a la divulgación como a la información ambiental es llegar a la gente joven, a ese público que ha pasado del hastío, de la ecofatiga, a la rebelión, a la movilización pública contra, por ejemplo, la inacción climática. A ellos no podemos dirigirnos con medias verdades: las nuevas generaciones de consumidores de información no toleran ni un ápice de mentira o de falsedad y por eso nos hemos de aplicarnos con tantísimo rigor a la información veraz”.

Entre los hitos informativos que le ha tocado cubrir destaca, en primer lugar, “las cumbres del clima, en las que labor del informador ambiental es portada y en las que para nosotros no ha faltado, en ocasiones, la tensión entre ver que una cumbre se va cerrar en falso y el tratar de separar el trigo de la paja para dar lo positivo”. También rememora particularmente “el accidente del Prestige, que tuve la ocasión de seguir al minuto desde TV3. Pasamos de dar la crónica de una catástrofe para el medio ambiente a narrar la crónica de un hecho social maravilloso: esa marea de voluntarios que acudió a las playas a sacar el chapapote de las rocas con sus manos, con una vocación de ayuda y auxilio que nos debería hacer albergar esperanza. Al trasladar la urgencia y gravedad de lo que estaba ocurriendo, creo que los medios contribuimos a que esa respuesta se produjera”.

Cuando a José Luis Gallego se le pide que extraiga de su experiencia qué canal o formato conecta mejor con el público no duda en citar sus dos ocupaciones principales actuales: “El periodismo digital es sin duda el futuro y trabajar en El Confidencial, con sus casi tres millones de visitantes diarios, me permite acercar el discurso del respeto a la naturaleza a lectores a los que antes no podía acceder. Por otro lado, el medio que siempre ha estado y siempre va a estar es la radio, tanto en directo como a través de podcasts. La radio es inmediata pero no te reclama, te acompaña en el coche, el gimnasio o en tus tareas, donde puedes tenerla de fondo. Pero cuando alguien tiene la capacidad de seducir al oyente consigue que esa persona deje lo que está haciendo y se centre en el tema del que se le está informando”.

Sobre los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad

La conservación de ecosistemas y especies es uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo, junto con el cambio climático. En ese contexto, desde hace casi dos décadas, los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA reconocen la labor de organizaciones conservacionistas, instituciones y organismos que desarrollan políticas y actuaciones de conservación medioambiental, basadas en el mejor conocimiento científico, así como la de profesionales de la comunicación que contribuyen a proteger el patrimonio natural.

En la convocatoria de esta XIX edición los galardones han incorporado una tercera modalidad de actuaciones que reconoce proyectos de conservación en Latinoamérica y que se une a las de ámbito español y a la de alcance mundial. Las tres están dotadas con 250.000 euros cada una. Con respecto a la modalidad de Difusión, este año se otorgan dos premios, cada uno de ellos dotados con 80.000 euros, que reconocen tareas de difusión en español en dos categorías: una específicamente dedicada a formatos audiovisuales en múltiples canales (televisión, cine, internet, redes sociales, etc.) y otra al resto de formatos. Estas cuantías suponen que los Premios a la Conservación de la Biodiversidad estén entre los galardones de mayor cuantía a escala internacional.

A lo largo de 19 ediciones, esta familia de galardones ha reconocido a un amplio abanico de entidades que desde distintos enfoques y ámbitos han logrado impulsar actuaciones eficaces en la defensa de la naturaleza.

En conjunto, los galardonados con los premios de la Fundación BBVA constituyen un mosaico que refleja cómo la crisis global de biodiversidad es una problemática compleja con múltiples facetas, que exige una gran variedad de aproximaciones y estrategias a diferentes escalas y un compromiso sostenido en el tiempo para lograr avances significativos en la conservación de la naturaleza.

El jurado de los premios está integrado por investigadores científicos en el campo de las ciencias medioambientales, comunicadores y representantes de organizaciones conservacionistas, que representan ángulos complementarios en la conservación de la naturaleza.

Jurado

El jurado de esta edición ha estado presidido por Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, y ha contado como vocales con Alberto Aguirre de Cárcer, director editorial del diario La Verdad de Murcia, Gerardo Báguena, vicepresidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (Premio a la Conservación de la Biodiversidad Fundación BBVA, modalidad Actuaciones en España, en su XV Edición), Rosa Basteiro, redactora especializada en Ciencia y Medio Ambiente de Radio Nacional, Teresa Guerrero, responsable de la sección de Ciencia de El Mundo, Pablo Jáuregui, director de Comunicación Científica y Medioambiental de la Fundación BBVA; Ainhoa Magrach, Ikerbasque Research Professor en el Basque Centre for Climate Change, y Eva Rodríguez, responsable de la sección de Medioambiente y Sociedad de la Agencia SINC; Sara Bertrand, directora del departamento de Proyectos, Becas y Premios de la Fundación BBVA, ha actuado como secretaria técnica.