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XVI Edición de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad

La Fundación BBVA premia la defensa del patrimonio natural extremeño de ADENEX, el banco mundial de semillas de Kew Gardens y la comunicación ambiental de Fernando Valladares

La defensa del patrimonio natural de Extremadura impulsada por ADENEX; el banco mundial de semillas creado por Kew Gardens para preservar la biodiversidad de las plantas a escala global; y la excepcional contribución a la difusión del conocimiento sobre los grandes desafíos ambientales lograda por el investigador del CSIC Fernando Valladares han sido galardonados en la XVI edición de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA.

30 septiembre, 2021

Perfil

ADENEX

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Millennium Seed Bank

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Fernando Valladares

El premio en Actuaciones en Conservación de la Biodiversidad en España se ha otorgado a la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (ADENEX) “por sus cuatro décadas de trabajo en defensa del patrimonio natural en Extremadura, contribuyendo a la declaración de numerosos espacios protegidos que incluyen grandes superficies de dehesas y monte mediterráneo”, según recoge el acta. El jurado ha valorado el “sólido liderazgo en conservación de la naturaleza en España que tiene ADENEX, centrándose en aspectos ambientales muy amplios y diversos, con innumerables acciones para la conservación de la Biodiversidad en Extremadura que incluyen actuaciones de conservación de fauna, Red de Reservas Biológicas de la Biodiversidad de la dehesa, educación y vigilancia ambiental y rehabilitación del patrimonio”.

El Real Jardín Botánico de Kew (Kew Gardens), en Londres, ha obtenido el Premio Mundial a la Conservación de la Biodiversidad “por su extraordinaria contribución a la preservación de la biodiversidad vegetal del planeta, a través de la creación de un banco de semillas que alberga 2.500 millones de muestras de plantas procedentes de 190 países”, el Proyecto de Banco de Semillas del Milenio (Millennium Seed Bank Partnership, MSBP). El acta del jurado destaca que “este proyecto ha establecido una red internacional de colaboradores que han ayudado a proteger más de 46.000 especies” y que ha “contribuido de manera muy significativa a preservar muchas de las especies de plantas más amenazadas del mundo […] un proyecto ejemplar que refleja cómo la colaboración internacional sin fronteras puede impulsar la conservación de la naturaleza a escala planetaria y abordar con éxito el gran reto de preservar la biodiversidad”.

Por su “excepcional contribución a la difusión del conocimiento científico sobre los grandes desafíos ambientales de nuestro tiempo”, el premio a la Difusión del Conocimiento y Sensibilización en Conservación de la Biodiversidad en España ha sido para Fernando Valladares, profesor de investigación del CSIC y director del grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. El jurado destaca “su frecuente participación en los principales medios de comunicación”, “sus innovadores proyectos en canales digitales y redes sociales, que han logrado una amplia repercusión”, su capacidad para “transmitir a toda la sociedad las evidencias científicas sobre la crisis climática y la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta” aunando rigor científico con un lenguaje accesible, así como haber contribuido, a lo largo de la pandemia, “a poner el foco sobre la necesidad de preservar la biodiversidad de los ecosistemas como protección frente a futuros virus”.

La protección de la naturaleza es una prioridad constante para la Fundación BBVA, que desde hace dos décadas promueve tanto la investigación en ecología y biología de la conservación como proyectos conservacionistas fundamentados en la evidencia científica, y también la difusión del conocimiento medioambiental y sensibilización de la sociedad sobre las distintas facetas de la conservación. El galopante declive de especies y ecosistemas al que se enfrenta hoy el planeta hace más necesaria que nunca la labor de personas y organizaciones que logran resultados relevantes y perdurables en la protección de la naturaleza, como es el caso de los galardonados con los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad en sus 16 ediciones.

Creados en 2004, estos galardones de periodicidad anual se estructuraban hasta su XII edición en tres categorías, las dos primeras dedicadas, respectivamente, a actuaciones en España y en Latinoamérica. Desde 2018, esta última categoría ha sido sustituida por otra dedicada a reconocer a proyectos de conservación de alto impacto y significado en cualquier lugar del mundo. La tercera categoría premia la labor de difusión del mejor conocimiento y la sensibilización de la sociedad respecto a la problemática multidimensional de la conservación.

Cada una de las dos categorías de actuaciones en España y globales está dotada con 250.000 euros y la de difusión y sensibilización con 80.000 euros, situándose entre los galardones de mayor cuantía a escala internacional. El jurado de los premios (ver composición al final) está integrado por investigadores científicos en el campo de las ciencias medioambientales, comunicadores, expertos de áreas como la justicia y la administración pública en materias de conservación y representantes de ONG conservacionistas, que aportan ángulos complementarios sobre la conservación de la naturaleza.

Actuaciones en España: Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (ADENEX)

Más de cuatro décadas protegiendo el patrimonio natural extremeño

ADENEX, fundada en 1978, es una asociación pionera en la conservación de la naturaleza en España. Lo que la distingue, según su actual presidente, Jorge Vega, es “la transversalidad” de sus actuaciones. A lo largo de sus cuatro décadas de existencia, esta asociación que cuenta ahora con unos 3.000 socios ha trabajado en la conservación de áreas, hábitats o especies, con especial énfasis en la dehesa extremeña. ADENEX ha puesto en marcha algunas de las primeras iniciativas de construcción de plataformas de nidificación para poblaciones de Buitre negro (Aegypius monachus), así como la realización de censos de grulla común (Grus grus), cernícalo primilla (Falco naumanni), aguilucho cenizo (Circus pygargus) y cigüeña negra (Ciconia nigra), entre otras especies.

Además, ADENEX desempeñó un importante papel en uno de los grandes hitos en  la conservación de la naturaleza en Extremadura: la creación de Parque Nacional de Monfragüe, que tuvo su origen en una reacción contra un proyecto de plantación de eucaliptales para nutrir a la futura industria papelera de la región, a finales de los años setenta. “La zona albergaba las mayores densidades de rapaces del país, y la mayor colonia de buitre negro del mundo”, explica ADENEX en su candidatura. Así que “tras realizar innumerables gestiones ante las administraciones públicas y organismos internacionales, [lanzamos] una amplia campaña de comunicación y una cuestación pública para conseguir fondos, y con ellos se pudo arrendar dos de las fincas más importantes del área, amenazadas por los cultivos forestales”. Poco después, en 1979, se instituiría el Parque Nacional de Monfragüe.

ADENEX también ha sido pionera en la creación y mantenimiento de reservas biológicas. A mediados de los ochenta, cuando Extremadura aún carecía de un organismo oficial para proteger el patrimonio natural, la asociación adquirió un conjunto de fincas de alto valor ecológico para su conservación e inició así la Red de Reservas Biológicas de ADENEX, que hoy cubre más de 367 hectáreas repartidas por todo el territorio regional. La asociación impulsó también la creación de una Agencia de Medio Ambiente en Extremadura, que gestionara el extenso territorio natural y actuara de enlace entre la Administración y los propietarios de terrenos.

La educación ambiental en Extremadura también ha sido impulsada por ADENEX, a través de actuaciones como anillamientos de aves, repoblación, limpieza de espacios naturales y campamentos escolares, que vinculan a la población con su entorno y promueven el voluntariado. Una muestra es Plantabosques, un proyecto de voluntariado creado en 2003 tras los incendios que asolaron Extremadura ese año. En sus 17 ediciones Plantabosques ha movilizado a un millar de voluntarios de todas las edades cada año, que han plantado 360.000 árboles a lo largo de toda la geografía extremeña.

“Para nosotros la educación ambiental es muy importante”, asegura Jorge Vega. “Si no lleváramos 40 años promoviendo estos valores, quizás Extremadura sería hoy distinta. Son valores que permanecen: ¡La Asociación es más antigua que yo! Cuando se creó apenas empezaba la democracia, el asociacionismo para defender la naturaleza prácticamente no existía. Ahora la ciudadanía se implica mucho más y hay más asociaciones, muchas surgidas de ADENEX”.

Queda, no obstante, mucho por hacer. “Seguimos en una constante tensión entre el movimiento de conservación de la naturaleza y el modelo de desarrollo industrial, el ‘todo vale’ por el crecimiento económico”, dice Vega.

“Nosotros creemos que debe primar la conservación, pero se nos debe bonificar por ello. Hasta ahora la conservación está bonificada solo a través del turismo, que viene a disfrutar de la naturaleza. Pero el patrimonio natural debe ser valorado tanto como el industrializado. Somos el pulmón de España y de Europa, y eso se debería valorar también económicamente. En España aún no están desarrolladas las fórmulas para primar económicamente la conservación del patrimonio natural, pero son fórmulas que existen”, indica Vega. En ADENEX diversos grupos de trabajo elaboran propuestas para lograr que políticas como la PAC (Política Agraria Común) europea y la gestión forestal en Extremadura consideren la conservación una prioridad.

Actuaciones en el Mundo: Millennium Seed Bank de Kew Gardens

Un banco mundial de semillas para preservar la biodiversidad vegetal del planeta

“La crisis de la biodiversidad vegetal es muy severa. Dos de cada cinco plantas están amenazadas por la extinción, y toda nuestra vida depende de las plantas. El problema no puede ser más grave”. Así explica la ecóloga Elinora Breman, responsable científica del Millennium Seed Bank Project, la situación de alerta que motivó en el año 2000 la creación de este banco global de semillas en el Real Jardín Botánico Kew Gardens (Wakehurst, Reino Unido). “El proyecto”, explica Breman, “nació hace 20 años, pero se diseñó sobre la base de tres décadas previas de investigación sobre la fisiología y la biología de semillas en los laboratorios de Kew”, donde trabajan más de 300 científicos.

Hoy, el Millennium Seed Bank (MSB) alberga 2.500 millones de semillas procedentes de 190 países, incluyendo España. A través de una red internacional de instituciones colaboradoras, el proyecto ya ha servido para proteger más de 46.000 especies, el 16% de las plantas con semillas del mundo. Para Breman, la clave de este éxito ha sido la cooperación internacional. “Nada de esto hubiera sido posible”, asegura, “sin el trabajo de todas las organizaciones fantásticas por todo el planeta que ven la necesidad de conservar su flora nativa y colaboran en el proyecto”.

De hecho, el MSB no tiene una sola sede, sino que en realidad es una red de bancos interconectados por todo el planeta. Los bancos de semillas de cada país que colaboran en el proyecto guardan una parte de su material y envían algunas muestras al MSB, donde se almacenan en salas frías a una temperatura de 20 grados bajo cero. “Las semillas que almacenamos en nuestra sede de Kew”, explica Breman, “son como una copia de seguridad, de tal forma que si algo ocurriera en el país de origen, siempre podríamos repatriar material”.

A la hora de seleccionar las semillas que se almacenan en el banco, se priorizan en primer lugar las que pertenecen a las especies más amenazadas. De hecho, el MSB alberga semillas de algunas especies que ya no se encuentran en la naturaleza. “Si una planta se extingue, se pierde para siempre, pero el banco nos ofrece la oportunidad de preservarlas no solo ahora, sino para las generaciones futuras”, resalta Breman.

Un aspecto fundamental del proyecto, tal y como ha resaltado el jurado, es la formación de personal especializado en el almacenaje de semillas. A lo largo de las dos décadas del proyecto, el Millennium Seed Bank Partnership ha formado a más de 2.000 personas en un centenar de países para que las semillas se guarden con los estándares más altos de eficacia y seguridad.

“La formación es crucial”, resalta Breman: “Es uno de los aspectos que mantiene unida la alianza de colaboradores en los distintos países, y refleja el amplio conocimiento que Kew puede ofrecer a la comunidad internacional. Algunas instituciones que forman parte de la red cuentan con las instalaciones más avanzadas, pero otras carecen por completo de experiencia y recursos, así que nuestro objetivo es apoyar a aquellos que más lo necesitan para que puedan almacenar sus semillas con plenas garantías”.

Además, el MSB no solo está contribuyendo de manera muy significativa a la preservación de especies de plantas amenazadas, sino que es un laboratorio de investigación puntera sobre biodiversidad vegetal, con posibles aplicaciones de enorme interés en el contexto de la actual crisis climática. Tal y como explica Alexandre Antonelli, el director científico de Kew Gardens, en las semillas del banco se han descubierto, por ejemplo, variedades de la planta del café “más resistentes a la sequía y a las olas de calor, capaces de tolerar incluso hasta 6 grados más de temperatura”.

En definitiva, el proyecto de Millennium Seed Bank no solo está ayudando a conservar la biodiversidad vegetal a escala planetaria, sino que, en palabras de Bregman, “está proporcionando oportunidades para encontrar soluciones a desafíos globales como el cambio climático, a través del almacenaje y la investigación de este valioso material”.

Difusión y Sensibilización: Fernando Valladares

Un referente de la divulgación de las ciencias ambientales

Fernando Valladares (Mar de Plata, Argentina, 1965) es un referente de la divulgación de la ciencia en España, como apunta el acta del jurado, y un ejemplo de cómo un investigador con una “excelente trayectoria científica de primer nivel mundial” puede trasladar el conocimiento a la sociedad en un campo tan trascendental como el medio ambiente.

Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid, Valladares es profesor de investigación del CSIC, donde dirige el grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos. Su investigación se ha centrado en los impactos del cambio global en los ecosistemas terrestres y en los mecanismos de tolerancia y supervivencia a condiciones ambientales extremas. Sin embargo, más allá de sus contribuciones científicas, desde hace dos décadas Valladares ha dedicado un gran esfuerzo a la difusión del conocimiento, un trabajo que, en palabras del jurado, “resalta la necesidad y responsabilidad de transmitir a toda la sociedad las evidencias científicas sobre la crisis climática y la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta”.

Además de colaborar frecuentemente con los principales medios de comunicación para comentar las últimas noticias sobre la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y otros aspectos de la actualidad ambiental, realiza diariamente una intensa actividad divulgadora a través de sus propios canales de Youtube, Twitter, Instagram y Facebook, es el responsable de la sección ‘Ciencia Critica’ de eldiario.es y publica artículos de análisis sobre cuestiones ambientales en medios como The Conversation-España.

Desde el inicio de su carrera científica empezó a impartir charlas sobre medio ambiente, pero el punto de inflexión se produjo cuando comenzó a orientar su investigación a cuestiones relacionadas con el impacto del cambio climático en la vegetación. “Me obligaba a estar al día de lo que se iba sabiendo sobre el cambio climático y empecé, casi sin darme cuenta, a pronunciar conferencias dirigidas al público general: en centros culturales, en salas de conferencias, en colegios…”.

El espaldarazo definitivo a su trayectoria como divulgador llegó a finales de 2018. “Hubo una llamada internacional para que los científicos levantáramos la voz y tuve claro que había que hablar del cambio climático más allá de lo que decían los informes del IPCC”, señala. “Entonces empecé a volcarme en la divulgación a través de mis redes sociales y en 2019 abrí mi propio canal de YouTube, La salud de la humanidad”, explica, donde habla sobre las conexiones entre la salud de las personas y la del medio ambiente.

Poco después llegó la pandemia del COVID-19 y a raíz de la alerta sanitaria Valladares publicó un vídeo, de gran impacto en redes, sobre el origen del virus. “Puse en conocimiento que esto no es cuestión de mala suerte, sino que nos lo hemos trabajado a pulso, las Naciones Unidas llevaban años avisando de una pandemia”, señala.

Precisamente la pandemia ha provocado un mayor interés por los temas científicos, y en su trabajo divulgativo Valladares ha hecho mucho hincapié en la relación entre la pérdida de biodiversidad y los saltos de nuevos virus de origen zoonótico (provenientes de otras especies) a la población humana. “La pandemia”, recalca, “nos ha enseñado lo vulnerables que somos”.

Uno de los temas principales a partir de ahora será, a su juicio, la conexión entre las cuestiones económicas, las ecológicas y  la sociedad. “¿Qué mundo queremos? ¿Hacia dónde queremos ir? Este debate sobre el modelo de sociedad y el modelo económico que tiene impactos insostenibles no es nuevo, pero es cada vez más urgente”, añade.

Para el investigador galardonado, parte de su éxito como divulgador proviene de su capacidad de simplificar lo complicado. “Me gusta hacer el ejercicio de contar, con el menor número de palabras y muy sencillas, cosas muy complejas, usar un lenguaje que sea científico pero a la vez comprensible. Todas las semanas trato de condensar un artículo científico y contarlo sin alejarme de la verdad, pero apelando a las emociones y a lo cotidiano”.

“Mi objetivo último”, concluye, “es contribuir a una sociedad crítica con una cierta mirada científica, que luego vaya buscando la solvencia detrás de cada noticia que le llega”.

Jurado

El jurado de esta edición ha estado presidido por Pedro Jordano, profesor de Investigación en el Grupo de Ecología Integrativa de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, y ha contado como vocales con Araceli Acosta, directora de comunicación del Ministerio para la Transición Ecológica; Alberto Aguirre de Cárcer, director del diario La Verdad de Murcia; Caty Arévalo, asesora del Senado y experta en comunicación ambiental; Javier Benayas, catedrático de Ecología de la  Universidad Autónoma de Madrid; Abel Grau, jefe de Comunicación del CSIC; Pablo Jáuregui, director de Comunicación Científica y Medioambiental de la Fundación BBVA; Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España; Cristina Ribas, profesora asociada de Periodismo de la Universitat Pompeu Fabra; Antonio Vercher, fiscal de Sala Coordinador de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo; Rafael Zardoya, profesor de Investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC.