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III Edición del Premio Biophilia de Comunicación Medioambiental

La Fundación BBVA premia al corresponsal ambiental de la Agencia France-Presse Marlowe Hood por su visión amplia y profunda en la comunicación global del cambio climático

El periodista Marlowe Hood, corresponsal ambiental y coordinador para el cambio climático de la Agencia France-Presse (AFP), ha sido galardonado en el III Premio Biophilia de Comunicación Medioambiental de la Fundación BBVA. El jurado ha resaltado “su capacidad para sintetizar y explicar de forma sencilla modelos y estudios científicos complejos”, así como “su visión amplia en la comunicación del cambio climático, profundizando en las múltiples interacciones de este enorme desafío ambiental, ya sean las económicas como las que afectan directamente a la biodiversidad”.

8 octubre, 2021

Hood (Estados Unidos, 1956) “es uno de los periodistas y comunicadores ambientales más destacados de su generación”, añade el jurado. “A su larga trayectoria en periodismo, Hood suma su experiencia en comunicación internacional para abordar cuestiones que tienen ramificaciones e impactos por todo el planeta, como muestra su habilidad para hablar y escribir mandarín”.

Hood es además profesor en varias facultades de periodismo francesas. “Su labor docente en el Institut Français de Presse, o su serie de vídeos de capacitación para periodistas sobre cambio climático, son grandes ejemplos de un enfoque innovador en la comunicación climática y de su compromiso con las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores”, ha destacado también el acta del jurado.

El Premio Biophilia, dotado con 100.000 euros, fue creado en 2019 por la Fundación BBVA para reconocer la labor de profesionales y organizaciones de cualquier lugar del planeta que contribuyen de manera excepcional a mejorar la comprensión y sensibilización pública de los retos ambientales. En sus dos ediciones precedentes el jurado ha reconocido a Matt McGrath, corresponsal ambiental de la BBC, y al diario británico The Guardian.

De la ciencia política al periodismo científico y ambiental

Marlowe Hood es corresponsal de ciencia, medio ambiente y salud de la agencia internacional AFP (Agence France-Presse) desde 2007, y desde 2015 es además coordinador global de la cobertura de cambio climático de esta agencia. Ha escrito cientos de piezas sobre la crisis climática y de biodiversidad, que han sido distribuidas a miles de clientes de AFP, en numerosos idiomas, y republicadas en innumerables artículos y reportajes en medios de todo el mundo.  Hood complementa además esta labor con un blog, en el que emplea un abordaje más personal y analítico para hacer llegar su mensaje sobre los grandes desafíos ambientales del mundo actual.

En una entrevista realizada tras conocer el fallo, Hood ha explicado que valora especialmente que el Premio Biophilia “reconozca la comunicación de uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos”, y pone en valor la importancia del periodismo de agencia, cuya influencia “no es muy conocida”.

Los comienzos de Marlowe en el periodismo son casuales. A mediados de los años ochenta, tras estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Princeton (EEUU), se trasladó a Beijing a completar su formación como especialista en China. Empezó a trabajar en las oficinas de The Wall Street Journal como traductor “solo para pagarme el alquiler”, pero cuando un editor del periódico le ofreció la oportunidad de escribir un artículo firmado por él mismo, la satisfacción de ver publicado su primer texto le impulsó a dedicarse al periodismo. Durante 15 años trabajó en China como freelance y posteriormente, por motivos familiares, se trasladó a París y comenzó su carrera en AFP.

La ‘metástasis’ de la crisis ambiental

Ya en la agencia, solo la insistencia de uno de sus jefes le llevó a dedicarse al periodismo científico, algo a lo que en principio era reticente “Me alegro de que insistiera porque descubrí mi pasión”, asevera. Hood considera que conocer las bases de la ciencia del cambio climático es uno de los requisitos fundamentales del buen periodismo ambiental.

En la última década, el corresponsal ambiental de France-Presse ha sido testigo de cómo la crisis ambiental se ha infiltrado en todos los ámbitos de la sociedad, la política y la economía: “Hace 15 años cubrir el cambio climático era básicamente hablar de las cumbres de Naciones Unidas, pero por supuesto ahora no hay dominio que no se vea afectado por el problema; se ha metastatizado, lo influencia todo”.

“Ahora la historia se ha dividido en muchas otras. Yo he tenido el lujo de moverme a través de estas fronteras, y como periodista creo que eso es muy importante, tener una visión macro te permite conectar los puntos. Tanto en el periodismo como en la ciencia necesitamos una especialización profunda, pero también una visión más amplia para ver cómo encajan las piezas Ahora es cambio climático, es biodiversidad, es salud… Si no abordamos todo de una vez, no llegaremos a ningún sitio. Son cuestiones profundamente interconectadas”.

Un ‘golpe en las entrañas’

En su candidatura al Premio Biophilia, Hood narra con precisión el momento en que tomó plena conciencia del reto monumental que plantea el cambio climático para la sociedad global. Fue en 2009. Se encontraba en Oxford, en un congreso sobre cómo sería el mundo con 4º centígrados más, y sintió como “un golpe en las entrañas que te deja sin aire la realidad del cambio climático y su rastro de miseria humana”.

Su vida profesional se ha centrado desde entonces en abordar esta cuestión: “¿Cómo puedo ayudar a la gente a entender que alterar el maravilloso equilibrio bioquímico de la Tierra tendrá consecuencias directas y posiblemente irreversibles? Como periodista, ¿cómo puedo destacar las soluciones sin dar respaldo a un falso optimismo y afirmaciones espúreas? ¿Cómo lograr el máximo impacto?”. El periodista galardonado afirma sentir “urgencia acerca de las amenazas y desafíos” a los que nos enfrentamos: “El Antropoceno podría ser una era en la que proliferara la vida en la Tierra. O podría impulsar la sexta extinción de masas. La humanidad está ante una encrucijada y no le queda mucho tiempo para decidir qué camino tomar”.

Periodismo basado en hechos en vez de opiniones

Hood afirma haberse planteado si su labor periodística era la mejor manera de lograr influencia, dado que en una agencia se elabora información basada en hechos contrastados y no en opiniones, ni se busca persuadir. En efecto, el corresponsal ambiental de France-Presse a veces ansía poder “denunciar de manera explícita lo que sé que es dañino o erróneo, y defender lo que considero que es la mejor forma de actuar”.

Sin embargo, ha llegado a la conclusión de que “creo profundamente en la necesidad y la utilidad del periodismo ambiental basado en datos, no opiniones… La percepción de neutralidad está en los fundamentos de nuestra credibilidad como empresa informativa. Más que nunca el mundo necesita periodismo basado en hechos que no puedan ser discutidos. Y aunque no hago piezas de opinión sí uso mi criterio periodístico a la hora de seleccionar los temas que trato o a mis entrevistados”.

Exclusivas periodísticas de alto impacto mundial

En la práctica, su deseo de influir le ha conducido a logros tan importantes en su profesión como publicar en exclusiva, y ya en varias ocasiones, informes científicos de Naciones Unidas sobre los grandes desafíos ambientales. “También me siento, en cierto modo, un activista”, admite, “porque siento una profunda preocupación por encontrar la mejor manera de abordar este problema. Es una preocupación que está también en los científicos, y si he conseguido tantas exclusivas en estos años es por eso”.

Narra con detalle, por ejemplo, cómo consiguió en 2019 un borrador de Naciones Unidas sobre el impacto de la crisis de biodiversidad a escala planetaria. Conocedor de la publicación del informe en las semanas siguientes, Hood repasaba medios de comunicación internacionales “tratando de medir el interés en los medios, y comprobar qué estaba diciendo la gente en relación a la biodiversidad. Revisé Google News y no había prácticamente nada, y eso me sorprendió mucho; ese informe era importante, tenía el potencial de marcar un cambio de paradigma, así que hablé con unas cuantas fuentes y les dije que la falta de noticias sobre biodiversidad era preocupante; les planteé que una pieza potente de AFP, en seis idiomas, aumentaría significativamente el interés en un momento crítico, justo antes de que se publique el informe. Y eso fue exactamente lo que ocurrió”.

Hood tituló ese artículo alertando de que un millón de especies corren el riesgo de extinguirse debido a la acción humana, y el mensaje fue replicado por muchos de los medios más influyentes del planeta, desde USA Today a The Guardian en el ámbito de la prensa, hasta la NBC y la PBS en medios televisivos. Lo mismo ocurrió el mismo año con otro informe sobre el impacto del cambio climático en el océano. Esta vez la información se titulaba: Oceans turning from friend to foe, warns landmark UN climate report (“Los océanos pasan de ser aliados a enemigos, alerta un informe de Naciones Unidas sobre el clima”). De nuevo el titular y la exclusiva periodística de Hood transmitida por France-Presse tuvieron una gran repercusión internacional, reproduciéndose en muchos de los principales medios del mundo.

El periodismo de agencia marca la agenda

En definitiva, Hood considera que la influencia de su trabajo “se extiende más allá del número de clics. Estas noticias no solo llegan a decenas de millones de personas a través de los medios suscritos a AFP, sino que son leídas por otros periodistas que siguen el enfoque de una agencia líder”.

El galardonado reivindica por ello la importancia del periodismo de agencia, a menudo desconocido y casi siempre anónimo, pese a que es esencial no solo por su impacto numérico, sino porque define el enfoque informativo de muchos medios, y en definitiva perfila el marco de los grandes debates a escala internacional: “El papel primordial de agencias como Reuters, Bloomberg y AFP en el ecosistema informativo global se entiende poco. No se trata solo de ser el primero en dar la noticia, las agencias también somos árbitros imparciales que marcan el tono y guían la narrativa global”.

El ‘eco-despertar’ del planeta

Para Hood, el mundo está en pleno proceso de ‘eco-despertar’. Es un proceso iniciado hace unos años y que no ha sido frenado por la pandemia: “2019 ha sido el año en que el mundo, incluido los medios de comunicación, han despertado a la realidad del cambio climático, la pérdida de especies y la destrucción de ecosistemas. Al principio, la pandemia oscureció este despertar. Pero a medida que la crisis sanitaria pasa, la gente se da cuenta de que la mala relación de la humanidad con la naturaleza favorece la aparición de enfermedades zoonóticas [cuyo origen son saltos de virus de otras especies animales], y la preocupación por estas cuestiones ha resurgido con más intensidad que nunca”.

“Este verano de desastres en todo el hemisferio norte, con inundaciones, olas de calor y otros fenómenos extremos ha hecho ver a la gente que el cambio climático ya está aquí, ahora. Al principio se hablaba de adaptación como algo para el futuro lejano, pero ya está aquí y debemos prepararnos”, añade Hood.

Por eso, asegura el periodista galardonado, su papel como coordinador global de la cobertura de cambio climático de AFP cobra peso. Entre sus funciones está asesorar a una red de 1.500 periodistas especializados en múltiples campos –desde la política internacional hasta el transporte, la energía y el consumo– distribuidos por el planeta, ya sea mediante guías y recomendaciones sobre cómo abordar y redactar temas ambientales, elaborando resúmenes explicativos sobre la ciencia del cambio climático, o sugiriendo enfoques y preguntas a una u otra fuente.

Formar a la próxima generación de periodistas

La vertiente pedagógica no es menos importante para Hood. Con un centenar de alumnos cada año en las principales escuelas de periodismo en Francia, afirma que “no se me ocurre una manera más efectiva de influir en la comprensión pública de nuestra crisis ambiental que dar forma a la mejor generación de futuros periodistas del país, clase a clase”.

A Hood le ha sorprendido observar que estos jóvenes ya se sienten marcados por la crisis ambiental: “El cambio climático ya ha tenido un enorme impacto en sus vidas. Han crecido bajo esa nube. Yo no busco adoctrinarles, pero sí trato de darles las herramientas periodísticas para  formar sus propias opiniones”.

Ya en su primera clase de cada curso, explica, les plantea la que considera la pregunta para todo interesado en comunicación ambiental: “¿Cómo asustar a la gente lo bastante como para que se lo tome en serio, y a la vez mostrarles que hay esperanza y soluciones, para que no se rindan? ¿Cómo lograr el equilibrio?”.

Sobre la Fundación BBVA y el Premio Biophilia

Desde hace dos décadas, la protección de nuestro planeta ha sido un área de actuación prioritaria para la Fundación BBVA, a través del apoyo a la investigación científica, a proyectos de conservación de especies, hábitats y ecosistemas, el fomento de la cultura medioambiental del público y el reconocimiento de los profesionales de la comunicación que contribuyen de manera decisiva a la comprensión y el compromiso individual y colectivo de los desafíos ecológicos de nuestro tiempo.

En 2004 nacieron los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad, abarcando la investigación, las actuaciones en España y Latinoamérica, y la comunicación y sensibilización medioambiental. Posteriormente, la faceta de la investigación pasó a integrarse en 2008 en los Premios Fronteras del Conocimiento, creándose dos categorías –Cambio Climático y Ecología y Biología de la Conservación– en pie de igualdad con las seis restantes categorías: las ciencias básicas, la biomedicina, las tecnologías de la información, la economía, las humanidades y las ciencias sociales. En las trece ediciones desde su nacimiento, alrededor de unos 40 de los más destacados ecólogos, biólogos de la conservación, economistas y científicos del clima han recibido el premio Fronteras del Conocimiento, junto a investigadores del mayor calibre de otras áreas. De hecho, un total de 19 galardonados con los Premios Fronteras del Conocimiento han recibido posteriormente el Nobel. El pasado martes, Klaus Hasselman y Syukuro Manabe, ganadores del Premio Fronteras en la categoría de Cambio Climático en 2009 y 2016, fueron galardonados con el Nobel de Física.

Teniendo en cuenta que los desafíos ecológicos del presente son de enorme magnitud y escala y, por tanto, requieren de una perspectiva planetaria, desde 2017 los Premios a la Conservación de la Biodiversidad han incorporado una categoría mundial para distinguir actuaciones de preservación de especies, hábitats y ecosistemas.

Desde esta perspectiva global, el Premio Biophilia de Comunicación Ambiental, dotado con 100.000 euros y de periodicidad anual, reconoce la labor de profesionales y organizaciones de cualquier lugar del planeta que, enlazando con el mejor conocimiento y evidencia, contribuyan de manera excepcional a mejorar la visibilidad y la comprensión pública de los desafíos ecológicos, en particular la crisis de la biodiversidad y el fenómeno multidimensional del cambio climático. Además de la amplitud y calidad de los impactos de la comunicación medioambiental llevada a cabo, el Premio Biophilia reconoce también la innovación conceptual en la comunicación, de los formatos, los canales y las narrativas desarrolladas.

El nombre del galardón alude a la «hipótesis de la Biophilia» propuesta por el naturalista Edward O. Wilson (Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación 2010), que quiere denotar la profunda conexión que los seres humanos sienten de manera instintiva con la naturaleza y todas las formas de vida.

En sus primeras dos ediciones, el Premio Biophilia se otorgó al periodista Matt McGrath, corresponsal ambiental de la BBC, por su “extraordinaria capacidad de comunicar a una audiencia global cuestiones complejas del ámbito del medio ambiente y la ciencia”, y al periódico The Guardian, por su cobertura “potente y eficaz de temas, debates y noticias medioambientales”, que ha logrado “un impacto transformador en la comunidad global”, según resaltaron las actas de los jurados.

Jurado

El jurado de esta edición ha estado presidido por Rafael Zardoya, director del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC y profesor de investigación del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva, y ha contado como vocales con Araceli Acosta, directora de Comunicación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Alberto Aguirre de Cárcer, director del diario La Verdad de Murcia; Laia Alegret, profesora titular de Ciencias de la Tierra del Área de Paleontología de la Universidad de Zaragoza; Clemente Álvarez, coordinador de la sección digital de Clima y Medio Ambiente de El País; Caty Arévalo, asesora del Senado y experta en comunicación ambiental; Antonio Cerrillo, redactor de Medio Ambiente de La Vanguardia; Carlos Fresneda, corresponsal de El Mundo en Londres; Teresa Guerrero, responsable de la sección de Ciencia y Medio Ambiente de El Mundo; Cristina Ribas, profesora de Periodismo de la Universitat Pompeu Fabra; y Vladimir de Semir, presidente del Consejo Asesor y del Consejo Social del Centro de Estudios Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universitat Pompeu Fabra.