CONTRIBUCIÓN
El Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inició en 1995 el programa que ahora reconoce este galardón, con el objetivo de desarrollar políticas públicas de conservación para el mayor número posible de especies y ecosistemas.
Los resultados de estas más de dos décadas de actuaciones se reflejan en la creación de 20 reservas que cubren millones de hectáreas, planes de gestión y protección de 30 especies en peligro de extinción como el jaguar, el bisonte, el perro de las praderas o el hurón de patas negras, iniciativas de colaboración con las poblaciones rurales, o el impulso de políticas públicas como la Norma Mexicana de Especies en Peligro y el Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
“Hacer ciencia básica muy sólida ha sido fundamental para lograr resultados. Lo que ha sido exclusivo de nuestro grupo de trabajo es que a partir de esta ciencia sólida hemos trabajado para responder a estos problemas en dos niveles: un gran esfuerzo para proteger tanto especies en peligro de extinción como ecosistemas”, explica Gerardo Ceballos, director del Laboratorio.
Entre estas iniciativas, destaca el desarrollo de la Estrategia Nacional de Conservación del Jaguar. En 2016, el Laboratorio logró un acuerdo histórico con el Gobierno de México para crear reservas (de hasta 2,5 millones de hectáreas) y corredores biológicos para la protección de este felino, que paralelamente también contribuye a la de otras especies que dependen de su ecosistema. “Lo que me hace sentirme orgulloso es que, a partir de ciencia básica, hemos logrado hacer política pública y acciones de conservación”, afirma Ceballos. Tras conocer el fallo del jurado, ha declarado que “el premio es un enorme estímulo para seguir trabajando, y se trata de un gran impulso para que podamos concretar nuestros nuevos proyectos de una manera más rápida ante las autoridades”.