CONTRIBUCIÓN
El Proyecto Mbaracayú, de la Fundación Moisés Bertoni para la Conservación de la Naturaleza de Paraguay, se inició en 1991 en la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, declarada en el 2000 por la UNESCO como Reserva Mundial de Biósfera –la primera en Paraguay–. La reserva es un remanente de bosque subtropical alto y húmedo muy afectado por la deforestación. Actualmente la Reserva Mbaracayú es “el área de Paraguay con mayor conocimiento científico en cuanto a la diversidad biológica, y uno de los sitios mejor conocidos en los ecosistemas que representa el Bosque Atlántico del Alto Paraná y el Cerrado”, explica la Fundación Moisés Bertoni.
El objetivo de esta institución o es “conservar y proteger la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú a perpetuidad”, promoviendo “el desarrollo sostenible” del área circundante. En este territorio viven 220 familias de la etnia Ache, la única comunidad indígena considerada pueblo ancestral del Bosque Mbaracayú y a la que se ha reconocido el derecho de utilizar la Reserva como lugar de recolección de frutas y cacería de animales, con armas tradicionales. Además, a través del turismo sostenible se ha promocionado su cultura, sus artesanías, y sus tradiciones.
También pueblan el área de influencia de la reserva 3.000 familias campesinas. La búsqueda de un equilibrio entre la acción humana y el bosque se ha basado en la puesta en marcha de actividades de seguridad alimentaria, enriquecimientos, reforestación y conservación de bosques, mejora de la producción animal y, muy especialmente, acciones formativas sobre conservación compatible con desarrollo destinadas sobre todo a mujeres jóvenes locales.
Entre 2009 y 2017 se han graduado en el Centro Educativo Mbaracayú unas 250 alumnas de escasos recursos procedentes de comunidades campesinas e indígenas, obteniendo su título en Bachiller Técnico en Ciencias Ambientales. “La educación de mujeres como agentes de cambio es fundamental para la conservación de biodiversidad y protección del bosque”, explica la Fundación Moisés Bertoni. “Estudios sociológicos demuestran que las mujeres con capacidad de tomar decisiones invierten en la familia, teniendo una alta incidencia en el bienestar de sus comunidades”.
Como explica Yan Speranza, director ejecutivo de esta organización, “en 30 años de trabajo hemos sido capaces de conservar íntegramente el más importante remanente de bosque virgen de uno de los ecosistemas más amenazados de la región, donde se han perdido más del 93% de los bosques originales”. Su enfoque entiende la conservación “no solo como protección, sino como parte de un modelo de desarrollo que también implica la creación de valor social y económico”, prosigue Speranza. “Esto implica un trabajo muy amplio fuera de la Reserva si buscamos conservar a perpetuidad el área protegida; es un proceso continuo y creativo de valor ambiental, social y económico en el territorio, integrando a los diferentes actores”.